"HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE.." MARIO DELPODIO
68 años, triatleta y docente de vocación. La Amet te ayuda a conocer a los mendocinos que viven el deporte igual que vos
¿De qué trata tu deporte?
El triatlón es un deporte de resistencia. Es una prueba combinada que nació en la década de los setenta. Este deporte llegó de los Estados Unidos, posiblemente tuvo su origen en el Mission Bay Triathlon de 1974, pero su difusión y consolidación se produjo con el Ironman de Hawai en 1978. Esta competencia reúne tres disciplinas que se desarrollan en forma continuada: la natación, el ciclismo y la carrera pedestre. El principal protagonista es el esfuerzo físico y mental que a veces orilla la capacidad humana.
¿Cuándo llegó al país?
A principios de los ochenta se expandió su práctica por Asia, Europa, Australia y llegó a nuestro país hacia 1984. Como competencia “rara” y novedosa motivó a mucha gente a practicarlo. Los primeros triatletas eran deportistas que provenían de la natación, el ciclismo y el pedestrismo. No eran especialistas de las tres disciplinas como deporte integrado. También aparecieron los “inconscientes” de siempre que se lanzaron a la aventura de “anotarse” para participar en el deporte de boga.
Las primeras prueba se realizaron en Mar del Plata y Mendoza, pero su difusión fue inmediata por el resto del país. Se necesitaba un espejo de agua o un charco, una bicicleta prestada y ganas de intentarlo.
¿Cómo hizo su aparición en Mendoza?
El 8 de abril de 1984 se corrió el primer triatlón en nuestra provincia. Fue uno de los primeros en el país. Mendoza fue la cuna de la práctica del Triatlón en Argentina.
La precaria folletería repartida en aquella oportunidad instaba a participar: “¡Délen (sic) Atletas! 1 km de natación, 60 kms de bicicleta, 10 kms de trote y una semana en el Hospital”. La organización de la prueba estuvo a cargo del Centro de Estudiantes de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo. El programa televisivo “El Deporte y el Hombre” había mostrado imágenes impactantes del Ironman de Hawai. El desafío no se hizo esperar. Así nació una de las primeras pruebas de la especialidad en el país. La continuidad en el tiempo del deporte de las tres disciplinas tuvo su icono más significativo en el “Triatlón Internacional Vendimia” que en su edición de 2013 se incorporó al circuito internacional como prueba ITU.
¿El triatlón es un deporte difundido?
El triatlón es un deporte difundido a nivel mundial pero no es masivo. En los Juegos Olímpicos de Sydney de 2000 se incorporó como deporte olímpico y fue una de las competencias que más concurrencias de público atrajo por las características del deporte en sí y el tipo de circuito que permite la presencia de muchos espectadores. La distancia olímpica implica 1500 metros de natación en aguas abiertas, 40 kilómetros de ciclismo y 10 kilómetros de carrera pedestre. La otra distancia madre es la Ironman, modalidad que ha movilizado muchos adherentes en los últimos tiempos. El campeonato mundial se realiza en Hawaii y las distancias a cumplimentar son 3800 metros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de pedestrismo.
En nuestro país y especialmente en Mendoza es un deporte convocante.
¿A que edad comenzaste a practicar este deporte? ¿Qué te incentivó?
Cuando el deporte llegó a Mendoza, nosotros éramos “gente grande”, orillábamos los cuarenta pirulos. El fútbol en el barrio y el tenis federado fueron los deportes que practicaba. El triatlón lo conocí a través del programa televisivo “El deporte y el hombre” de Pancho Ibáñez. Las imágenes que correspondían al Ironman de Hawaii motivaban. Era un deporte para “locos”.
En 1985 se corrió el “Segundo Triatlón Mendoza” en el parque General San Martín. En el lago se realizó la etapa de natación, las bicicletas aguardaban frente al club Mendoza de Regatas para realizar la transición e iniciar la etapa de ciclismo, tres vueltas circuito serrano Challao Papagallos y desde el club, luego, completar el de pedestrismo. Ese día me convertí en un espectador sorprendido. “Ese es mi deporte…”, me dije. Un irresponsable total. Mi primera experiencia como “iniciado” fue en 1986 en una posta y en la actualidad llevo 27 años viviendo el triatlón.
¿En tu familia practican deportes?
Pretendemos ser una familia de deportista. Tengo cinco hijos varones, dos de ellos están vinculados al triatlón: Roberto, el del medio, fue campeón argentino en elite sub 23 y representó al país en más de una oportunidad en Copa Mundo y Campeonato Mundial. Adriano, el más chico, viaja a Italia en junio para completar su temporada y participar, como amateurs, en la Copa Mundo a realizarse en Londres. Marcelo, Claudio y Flavio practicaron fútbol de salón y tenis en el club Mendoza de Regatas. A mi esposa la conocí en el club Andes Talleres cuando jugábamos tenis, deporte que practica en al actualidad. El deporte es escuela de vida.
¿Cuál es la rutina de entrenamiento?
Si bien el triatlón es un deporte individual el entrenamiento es, en general, en grupos. Entreno sistemáticamente todos los días de la semana. Es una adicción. Mis grupos de pertenencia son: en natación la rama de triatlón del club Mendoza de Regatas, de la cual soy delegado, y el grupo de la pileta de Maristas; en ciclismo la rama de triatlón y un grupo de veteranos y en pedestrismo los Vikingos, un grupo de amigos del club del Lago.
¿Cuál ha sido tu objetivo al practicar este deporte?
El objetivo primario “sobrevivir” y creo que lo he logrado. La continuidad en su práctica avala el cariño que le tengo. El triatlón es una forma de sentir. Es un sentimiento. Siempre me consideré un triatleta de “medio pelo”, es decir del montón, que trataba de mejorar con la dedicación y la constancia. El triatlón me va a dejar a mi y no yo al triatlón. Voy a seguir corriendo hasta que pueda.
¿Ha participado en competencias nacionales e internacionales?
Esto es parecido a la carrera de los honores romana, se debía escalar paso a paso, peldaño a peldaño. Primero competí en toda carrera que se realizó en Mendoza, luego a nivel nacional, lo que me permitió conocer gran parte de mi país, y después a nivel internacional en Chile, Isla Margarita en Venezuela y últimamente en Brasil.
En mayo de 2012 participé en el Ironman de Brasil en Florianópolis, era el último escalón a acceder en esta carrera deportiva. Fue una experiencia impensada pero muy gratificante al poder concretarla. Fui acompañado por dos amigos que me motivaron para correrlo: Jorge Vidal y Luis Mantegini, los tres mayores de 60 años. Participé en la categoría por edades de 65 a 69 años y no sólo la terminé sino también hice podio ocupando el tercer lugar. Jorge y Luis hicieron una excelente competencia en la categoría 60 a 64 años. A los 67 años era el penúltimo participante más viejo de los que intervinieron.
Mario y la "eterna Ana"
¿Alguna anécdota de viajes o competencias?
Esta corresponde al Ironman de Brasil. Después llegar a Florianópolis e instalarnos en Yureré Internacional lugar de la competencia, el amanecer de la primera noche en el departamento, que habíamos alquilado, fue traumático. La tensión del viaje y la preocupación por la aventura deportiva brasileña habían aumentado no sólo mi “inestabilidad” emocional sino también la física. El “síndrome vertiginoso” que me acompañó en el viaje de avión había hecho crisis.
Esa noche me costó conciliar el sueño y me encontró despierto a la 6:30 hora. El sonido de la rompiente al golpear la playa terminó por convencerme que era tiempo de levantarme. Me acerco a la playa y veo un par de enormes peces con importantes aletas que nadaban acompasadamente. Pensé: “…no puede ser, es el cagazo…”. Comentárselo a mis acompañantes en el desayuno: mi esposa Ana, mi hijo Roberto y Mauricio, podía dar pie a una eterna cargada. Mauricio averiguo con el personal del lugar que se trataba de “un cardumen” que suele visitar esa zona. La duda y la “joda” quedó latente.
Agradecimientos
Soy triatleta del club Mendoza de Regatas y traducir el agradecimiento con nombre y apellido sería injusto. Agradezco a todas aquellas personas con las que compartí mi actividad deportiva. A mis amigos y a los que hice a través de ella. A quienes intentaron enseñarme la técnica de este deporte: mis profesores. A mi familia que me bancó siempre.
Un especial reconocimiento a la Confederación Mendocina de Deportes que me distinguió este año con el premio Llama Deportiva. A la Asociación Mendocina de Triatlón que hace que este deporte se difunda en Mendoza y a todos los deportistas anóminos que día a día se esfuerzan por ser mejores personas.
Es importante destacar que Mario es autor de la obra "Historia del Triatlón- El Triathlon una forma de sentir" que con 15 fascículos rescata la vida del deporte de las tres disciplinas tanto en Mendoza como en los puntos fundacionales de la Argentina. Una obra de interés provincial y nacional, hecha en Mendoza!
La Asociación Mendocina de Triatlón quiere aprovechar y agradecer la invalorable tarea de Mario para la continuidad y crecimiento del triatlón
01-07-2013