FEDERICO "CON LA BANDERA ARGENTINA Y LOS BRAZOS EN ALTO" EN SU PRIMER IRONMAN
Mi Primer IRONMANPor Federico Jung PolimeniLlegamos a la ciudad Ironman, Club Doze De Agosto, son las cinco de la mañana, está un poco fresco mi vieja me dice – te viniste desabrigado-, no pasa nada le respondo. A esta altura no hay forma de demostrar signo alguno de debilidad, pienso para mi. Nos vamos acercando al...
Mi Primer IRONMAN
Por Federico Jung Polimeni
Llegamos a la ciudad Ironman, Club Doze De Agosto, son las cinco de la mañana, está un poco fresco mi vieja me dice – te viniste desabrigado-, no pasa nada le respondo. A esta altura no hay forma de demostrar signo alguno de debilidad, pienso para mi. Nos vamos acercando al sector de marcación, la cantidad de luces en la noche cerrada son infinitas, el ruido y el movimiento de gente es infernal. El corazón late fuerte , los nervios, la ansiedad empiezan a vivir. Voy a entregar las bolsas de necesidades especiales :la roja de runnig, y en ella un red bull un sándwich, un paracetamol y un par de geles, sí con eso estoy bien. La verde para la bici: un sándwich y unas gomitas. Me reciben las bolsas en dos carpas diferentes , la sonrisa y la buena onda de los colaboradores me tranquilizan. Atrás mío la siento a mi mamá hablándole a la filmadora: esto es increíble, dice con vos llorosa, es como si fuera a correr yo, tengo un nudo en el estómago, realmente es muy emocionante. La miro y le digo voy a entrar, con ímpetu como quien sabe que le llegó la hora de hacer lo que tiene que hacer y ya no tiene vuelta atrás. La abrazo fuerte, chau má! Paso el arco de ingreso, me levantan la mano dos chicas voy hacia ellas y me subo como a un podio, levanto los brazos y me empiezan a pintar, alrededor unos diez podios más eran utilizados para lo mismo. Me bajo la veo a mi vieja, sí está ahí…. Camino a través del arco grande de ingreso del parque cerrado, me estoy poniendo la campera de argentina, se me acerca una periodista y me hace un reportaje. Claro ya a esta altura me tengo que creer un atleta…. Voy hacia mi bicicleta, controlo el aire y está bien. Me abrazo a la rueda y le digo hoy me tenés que llevar y traer. Una chica me mira media asustada, media emocionada, sí, pienso un poco loco estoy. Me muevo a la carpa de transición, cuando pongo un pie en ella, la piel se me eriza, el bullicio es tormentoso, unos corren, otros caminan, otros gritan llamando a sus amigos, sí esos seguro tienen miedo, me digo, como yo. Me pongo los auriculares y los Cafres suenan solo para mi, hoy es un recital de lujo. Busco un lugar, mi lugar, encuentro una silla y cierro los ojos….Me cambio muy despacio, ordeno todo y entre todo ese loquero de atletas entusiasmados, camina Olaf Sabatchus como si estuviera en la peatonal una mañana de domingo. Empiezo dirigirme a la playa, mi mamá me saca unas fotos, otra vez me despido. Ya en la arena el horizonte rojizo se vislumbra, está frío. Camino unos seiscientos metros y la voz del locutor que en varios idiomas anuncia que debemos entrar y pasar por la carpeta magnética. La música te da energía, la cantidad de gente es realmente impresionante. La busco a mi vieja, no quiero entrar sin despedirme de vuelta. Pero no está. Ingreso despacio con tranquilidad, como quien supiera en que se mete. Me voy bien a la derecha, sin darme cuenta voy quedando en la segunda ola de gente que va a entrar al agua. El helicóptero sobrevuela nuestras cabezas, el locutor sigue hablando hay mucho ruido, al lado mío un círculo de brasileros todos abrazados rezan a los gritos, ya casi no escucho nada. Miro el reloj estamos en tiempo, de repente casi sin esperarlo suenan las bombas, empiezo a correr y voy llorando emocionado al agua, no tengo que llorar no voy a ver nada en el mar…. Miro a los que están adelante mío una ola rompe justo encima de ellos, me pongo las antiparras, camino unos pasos y me zambullo en el agua, no está fría , bueno en realidad poco me importa. Ya siento un par de golpes, empiezo a buscarme el lugar, alguien me tira el cuerpo encima, me doy vuelta y medio que le hago una toma al estilo titanes en el ring, me mira asustado, y sí me digo un poco loco estoy. Bajo la cabeza ya el mar se empieza a abrir, a remar, hasta llegar a la boya, primer recorrido cumplido con tranquilidad. Toco la arena y ahí está mi madre, me grita, le grito más fuerte! Agarro un vaso de agua, hago unos buches, me saco el gusto del mar, miro el reloj 41:00 minutos, voy bien. Entro tranquilo al agua me tiro a un costado para no ser “molestado”, viene todo bien quiero bajar 5 minutos en esta vuelta, aumento un poco el ritmo y al llegar a la boya, todo se complica en cuestión de segundos el mar me escupe unos cincuenta metros para afuera empiezo a remar con más ganas y es como estar parado en el agua, más tracción me digo, me cuesta llegar mucho a la boya, trazo la tangente para llegar a la boya de retorno, y realmente son 100 metros muy largos. Empiezo a perfilarme para la playa, cuando un cordobés me grita , dale culeao remá pa´ las piedras que la corriente te tira a la izquierda, gracias le digo y a remar pa´las piedras nomás! Estoy llegando a la orilla, vamos que ya llego! Ahí está mi madre gritándome, estoy contento, natación cumplida! Unos 10 colaboradores nos esperan para sacarnos los trajes, me levantan la mano un chico y una chica, me tiran al piso y en cuestión de 6 segundos estaba corriendo con el traje en la mano, la ducha me saca lo salado y a correr para la carpa….Miro el reloj 1hora treinta minutos, me pregunto que pasó? En fin, dale, seguí corriendo. Entro a la carpa una chica con un megáfono grita mi número, me dan la bolsa, dale campeón me grita otra, dale sos un campeón, sos un campeón! Le sonrío, voy tranquilo a las sillas me siento tiro todo en el piso, alguien me pasa un vaso de agua, que atención me digo, me quiero quedar a vivir acá. Me tomo un gel, me seco un poco, me pongo las calzas del conjunto, la calza negra, me estoy poniendo la lycra de arriba, se me enreda toda, alguien me ayuda rápidamente y ya estoy listo para salir corriendo a la bici. Agarro la bici empiezo a correr como si fuera un short…. Tranqui, ya empiezo a mirar el cardiotacómetro, 169 bajá , bajá. Los movimientos de los atletas que van delante mío se ven lentos y pausados, trato de copiarlos, seguramente deben de saber algo que yo no sé, entramos a la ruta y me tiro sobre los cachos. Empieza la carrera, pienso. Chequeo cardio, 160 voy bien. La cantidad de atletas es inmensa, me doy cuenta en la gran primer subida cuando toda la fila de bicicletas es una víbora que serpentea por la ruta. En ese momento me pasa la mujer que le falta un pierna, me adelanta y se me pone a unos cuatro , cinco metros. Pasan unos diez segundos, cuando siento el silbato y el ruido de la moto, miro para atrás y me hacen señas de que me pare, no, le hago con la cabeza, me vuelven a hacer señas. Me paro, le pregunto que pasó, bajate de la bici me dice la mujer, no! le digo efusivamente, no estaba chupado, no estaba chupado, son diez metros me responde, bajate, me bajo de mala gana con una bronca que no veía. Me marca el número, le vuelvo a decir que no estaba chupado y le señalo la fila inmensa de ciclistas, mirá la cantidad que somos es imposible respetar los diez metros! Avanza, avanza me grita. Por dios, que calentura llevo, me vuelvo a subir a la bici y no lo podía creer, estaba a una decisión de que cualquier juez con el mismo criterio que ella me sacara de la carrera…. En fin ya han pasado dos horas y media y ya casi no pienso en la sanción. Estoy en el penúltimo retorno, ya pasé el por el costado del puente, por el túnel cuatro veces, y estoy casi al llegar al final de la primera vuelta. Los atletas que vienen de frente a mi, aprovechando una gran bajada, vienen muy rápido. De repente veo a uno que se le descontrola la bici, cae de costado y chicotea en el asfalto por lo menos unos cinco metros. Me paro desesperado, digo se mató, estás bien, estás bien, el atleta me miraba solamente, por lo menos está consciente, estás bien le vuelvo a preguntar, estás para seguir, sí me responde estoicamente, yo no lo podía creer, las siguientes palabras luego de ello son, cómo está la bici, sí te repito, cómo está la bici. Agarro la bici le pruebo los frenos, la cubiertas, los cambios, está bien!, la bici está bien!. Seguís le vuelvo a preguntar, sigo me dice, cuando se quiere parar prácticamente tengo que alzarlo para sacarlo del medio de la ruta. Ahí llega la ambulancia y una mujer del staff de la organización. Huevo, huevo le grito y me voy. Primera vuelta cumplida dentro de lo esperado, menos de tres horas, pero la cintura me duele una enormidad, no voy a aguantar la carrera arriba de los cachos, levanto la posición. Agarro la bolsa de necesidades especiales, me paro diez segundos y saco todo, cuando llego al núcleo de gente no la veo a mi vieja….. La segunda vuelta pienso en llegar a la subida, luego llegar al puente, luego al túnel, luego al retorno, luego al túnel, luego al retorno, luego al puente, luego a la subida, luego al penúltimo retorno, y sin darme cuenta estaba llegando al final de la bici. Veo Jureré, la gente que te grita, parabens Federico!, me grita alguien. Mi vieja que ya está sentada, en un silla en el medio del boulevard, y pareciera ser la jefa de una barra más que brava divertida que alientan a todos. Bajo las revoluciones, cambio bien liviano, tengo que “lavar” las piernas, tengo un sentimiento de alegría e incertidumbre, podré correr los 42km? Me bajo de la bici y mal pronóstico me duelen hasta las pestañas. Salgo al trote livianito como si no pasara nada, si hay miseria que no se note pienso, y me río. Entro a la carpa de cambio y alguien me frena, al corralito de castigo, ahí me esperaba la bolsa con mi ropa de running. Cinco minutos para enfriar la cabezinha, ya el enojo se me fue, ya no hay nadie que me pueda sacar de la carrera, salvo dios. Voy al baño que hay dentro de la zona de castigo, y me siento tranquilo como si no pasara nada. El juez me señala que puedo salir, y me dirijo caminando a la zona de sillas para cambiarme, cuando estoy entrando me agarra un médico me mira a los ojos, y me pregunta si estoy bien, le digo que sí, me mira como si le estuviera mintiendo. Estoy bien le digo y le hago el signo de okey con las manos, me deja seguir no muy convencido. Me siento, me tomo un red bull, un paracetamol y un power gel. Me pongo las zapatillas y ya estoy listo para salir. Camino hasta la pasarela y empiezo al trote livianito, vamos Argentina me grita una señora, le levanto la mano y le sonrío. Estoy probando máquina y para mi sorpresa se siente bien. Me siento bien, me siento bien! La alegría que tengo, no te la podría explicar, estoy bien y no me duele nada. Empiezo a levantar el ritmo, y con ello a pasar gente de mi franja horaria y a ser pasado por la bestias de entre nueve y once horas. La veo a mi vieja que me grita cabeza Fede cabeza! La saludo, sin dudas soy local! Vamos por los primeros veinte km y después veo que pasa. Cada media hora sagrada gel y agua, gatorade cuando se pueda. Voy a un trote cómodo más o menos a diez calculo, ya tomo a la derecha para ir a Canasvieras, un par de subidas mortales, me acomodan al dolor devuelta. Siento los dedos doloridos, ampollas pienso, no pasa nada, no pasa nada. Pero el dolor no para. Bajo el ritmo ya llego al retorno de Canasvieras, de frente viene corriendo como un avión la mujer sin una pierna. Ya estoy pegando la vuelta para Jureré y el dolor en los dedos no pasa, ni en pedo me freno pienso. A esto se le suma la rodilla izquierda, cosa que acompaña pero no tapa el otro dolor. Me siento bien de cabeza, me siento fuerte no voy a caminar. Ya llego a la calle principal de Jureré, ya casi termino los 20km, el dolor en los dedos del pie izquierdo aumenta, ahora tengo también la planta dolorida, pero bueno ya no me duele la cintura. Paso por donde está Adri, mi mamá, y el griterío es energético. Vamos Federico me grita un montón de gente, después me enteré que había hecho un pacto con unos diez argentinos ella hincharía por los otros pero cuando pasara yo, había que agitar, pero agitar como tiene que ser! Primera pulsera roja, y es como si me hubieran inyectado un plato de espaguetis, voy contento siento los gritos ahí nomás del arco llegada y se me pone la piel de gallina. No quiero pensar en la llegada, quiero pensar en la próxima pulsera, nada más que en eso. Voy a por la vuelta corta de diez km, ya a los veintidós km la bolsa de necesidades especiales me espera, me como el sándwich, me tomo el red bull. Me viene muy bien, porque me siento un poco pinchado mentalmente. Agarro por jurere internacional ya la noche cae, y una brisa fresca me pega suavemante. En el retome me doy fuerzas tirame Noe, tirame…. Estoy por la calle principal, Adri sigue ahí alentando, alguien me saca fotos, pero no la conozco. Un corredor que ve que estoy bajando el ritmo me grita vamos Argentina. Gracias le digo. Segunda pulsera y última vuelta, y nuevamente el griterío del arco de llegada que está justo enfrente de la entrega de pulseras, vamos me digo que tengo que estar enseguida ahí! Vuelta a pasar por donde está mi vieja y le digo má nos vemos en la llegada, por primera vez en la carrera pienso que mi llegada es una realidad. Mi vieja me grita dale Fede! Te espero, y de vuelta las palabras mágicas cabeza Fede, cabeza…. Doblo a la derecha para salir a la ruta y luego a la izquierda, los autos pasan muy cerca. De repente pierdo el foco de la visión como si me hubieran corrido el camino, me balanceo para la derecha y pierdo el equilibrio, y como si fuera un corto circuito pierdo la visión unos dos segundos. Me balanceo para la izquierda pensando en no caerme para la ruta por donde pasaban bastantes autos. Bajo el ritmo, que pasa me pregunto, a unos 20 metros hay un puesto de hidratación, me tomo una sopa y un pan salado, camino unos veinte metros, me faltan 6 km no puede pasar nada ahora. Retomo el trote livianito con la idea de llegar a la meta tan ansiada. Me pasan mil ideas por la cabeza, tengo que llegar, tengo que llegar…. Ingreso al sector de Jurere Internacional y levanto un poco el ritmo, es ahora que necesito la ayuda de todos, vamos, vamos. El mal momento pasa y me siento mejor ya estoy ingresando al boulevard principal corro las últimas cuadras hasta llegar al cartel que divide el cielo de la realidad: a la izquierda los FINISHER a la derecha primera y segunda vuelta. Los controles me ven las dos pulseras y me gritan y me aplauden PARABENS!!!!, Entro por el pasillo y levanto los brazos, y festejo en silencio , la gente me mira y me aplaude. Quedan ahora dos cuadras para llegar al Arco de llegada , ya las luces se ven, y me acuerdo de mi Abuelo Pedro, de mi Abuela Nora y Zeti, de mi familia que deben estar pegados al nextel de mi vieja, de mi novia, del sensei, de los muchachos en mendoza y les agradezco. La veo a mi vieja que me grita con la bandera argentina en la mano, vamos Fede, vamos Fede me dice, me acerco agarro la bandera, y la abrazo y me largo a llorar, dale, el tiempo, el tiempo, me dice. Agarro la bandera, miro para atrás y comienzo a caminar a paso firme con la bandera desplegada en la espalda y los brazos levantados con la victoria en el rostro. Soy Ironman , soy Ironman, los flashes de las fotos me pegan y como no entendiendo bien que pasa me ponen una toalla en la espalda y me dan la mano. La medalla, la medalla pregunto, alguien me responde al final del camino, tendré que caminar quince metros para cargarla con orgullo…. Federico Jung Polimeni
Corredor 573-IRONMAN
Floripa 25-05-08