HISTORIA DEL PARQUE: CLUB MENDOZA DE REGATAS
Mario Delpodio, triatleta, "profe y licenciado en Historia con vocación docente" según su propia denominación, nos envía una serie de escritos sobre la historia del Parque General San Martín, la compartimos con todos los que de una manera u otra, disfrutamos de este pulmón...
Mario Delpodio, triatleta, "profe y licenciado en Historia con vocación docente" según su propia denominación, nos envía una serie de escritos sobre la historia del Parque General San Martín, la compartimos con todos los que de una manera u otra, disfrutamos de este pulmón mendocino.
Mario es autor de "El Triathlon una forma de sentir", el libro que resume la historia del deporte de las tres disciplinas en Mendoza, pero también dentro del marco de la actividad en Argentina
Nacido un 17 de noviembre: Club Mendoza de Regatas
Emilio Civit, el gran hacedor.
Emilio Civit en el bronce.
Busto ubicado en el hall de entrada al Club Mendoza de Regatas.
El civitismo vivió “enancado”, en la Historia de nuestra provincia, entre las tres últimas décadas del siglo XIX y las dos primeras del siglo XX. Era la época del apogeo de los “gobiernos de familia” y el predominio de una elite oligárquica en el poder. Mendoza fue un claro ejemplo de esa realidad. El orden, la administración y el progreso eran los objetivos que direccionaban la gestión de este grupo de notables. Los acuerdos y alianzas políticas caracterizaron el control de la sucesión en el gobierno como; la eliminación de la oposición, a través de los manejos electorales.
El camino iniciado por Francisco Civit, lo culminó su hijo Emilio, que se convirtió en la figura rutilante del período. La generación que representa Emilio Civit será la forjadora de la Mendoza moderna y su administración, no exenta de claros oscuros, sentará las bases de un cambio sustancial en la historia de la ciudad.
Víctor Emilio Civit nació en Mendoza el 4 de octubre de 1856 y falleció el 5 de diciembre de 1920, por su inclinación a la función pública y la política, dejó inconcluso sus estudios de abogacía. Fue electo por primera vez gobernador de Mendoza en octubre de 1897, asumiendo el mando en marzo de 1898. En julio de ese año solicitó licencia para hacerse cargo del Ministerio de Obras Públicas de la Nación durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca. Elegido nuevamente en diciembre de 1906 dirigirá los destinos de la provincia desde los primeros meses de 1907 hasta marzo de 1910. En vísperas de los festejos del Centenario lo sucederá Rufino Ortega (h).
En ese contexto histórico se construirá el Parque General San Martín y nacerá el Club Mendoza de Regatas.
La Ciudad en Ruinas
Ruinas del Convento de San Francisco.
El terremoto de 1861 destruyó la ciudad fundacional. La reconstrucción de la misma generó disputas y tironeo. Aníbal Mario Romano dice lo siguiente: “Aparecieron las conveniencias personales, pues cada uno quería y ansiaba que la “ciudad nueva” se levantase en el sitio donde tenía sus propiedades. Al final triunfa la concepción de una nueva clase gobernante, inaugurada por Luis Molina y Eusebio Blanco, y la “Nueva Mendoza” se emplaza en la Hacienda de San Nicolás, en los terrenos de la Quinta Agronómica. Sin embargo, la propuesta de Eusebio Blanco y Julio Ballofet no triunfa completamente. En efecto, la planificación de la “Ciudad posterremoto”, con una plaza central y cuatro colindantes,(...)dejó paso a la enorme gravitación adquirida por la Avenida San Martín, que, con su trazado lineal, se convirtió en la unión de las dos ciudades: la Nueva y la Vieja.
También fracasó el intento de traspaso poblacional de la ciudad destruida a la reconstruida, y por esto en la “nueva ciudad” se fue asentando la clase decente y, por sobre todo, pudiente, en contraposición a los más pobres y necesitados, que siguieron residiendo en la “ciudad vieja”. (5)
(5) Aníbal Mario Romano, La Ciudad de Mendoza, p 156, Fundación Banco de Boston, Buenos Aires, 1991.
El paraíso ganado.
A fines del siglo XIX la ciudad de Mendoza ha crecido e integrado su plano urbanístico y, surgen necesidades de saneamiento ambiental y protección frente a fenómenos naturales. Esto conlleva a la construcción del Parque del Oeste e indirectamente a la creación del Club Mendoza de Regatas. En la “Historia de Mendoza” publicada por el Diario Los Andes se lee: “Como contrapartida del progreso notable que se advertía en la provincia, graves problemas sanitarios aquejaban a la ciudad. Sus aguas contaminadas favorecían la aparición de enfermedades. A la situación sanitaria se agregaban los embates de la naturaleza: frecuentes aluviones provenientes del oeste provocaban víctimas y daños materiales.
El 6 de noviembre de 1896, se sancionó la ley Nº 19 que autorizaba al gobierno a invertir dinero en obras de defensa aluvional, en el cercado de terrenos fiscales al oeste de la ciudad y en la plantación de árboles. De esta forma daba nacimiento al Parque del Oeste, la obra más combatida en sus inicios y más elogiada en el transcurso del siglo. El gobierno contrató al arquitecto Carlos Thays para realizar los planos, y poco después encomendó al agrimensor Domingo Barrera la preparación de los terrenos para las futuras plantaciones”. (6)
En 1907, siendo gobernador Emilio Civit, la ley Nº 474 destinaba fondos públicos para: “(...) continuar las obras del Parque y expropiar una extensión de tierra al oeste del canal Emilio Civit, con destino a la plantación de árboles. Con esta ampliación, el Parque incorporó a su área el Cerro del Pilar y los terrenos aledaños. Para esa zona se adquirieron 103.000 forestales que formaron el Bosque del Oeste. Las plantaciones en el sector inicial se ampliaron con los jardines al norte del Lago y el arbolado del Hospital Provincial. En 1908 se firmó el contrato para la excavación del Lago y los canales de alimentación. El material ferroviario utilizado en la excavación sirvió para instalar el trencito”. (7)
Para el Centenario ya estaban iluminadas las avenidas de los Álamos, de los Olmos y de las Catalpas. Se hicieron gestiones para adquirir la Fuente de los Continentes en París y en el Reino Unido se compraban los Portones, el quiosco para la Banda y los bancos.
La historia del Club Mendoza de Regatas no solo está vinculada con el Parque sino también con su Lago, de allí la denominación del Club del Lago con la que se identifica.
(6) Historia de Mendoza, Diario Los Andes, p 270.
(7) Ibídem.