GUSTAVO PEREZ, IRONMAN EN SUDAFRICA
Este es Gustavo Pérez, de General Alvear, quien vivió su primera experiencia en el Ironman, compitiendo en Sudáfrica. Se convirtió en el único mendocino y en el primer argentino clasificado, de un grupo de 50. Conocé sus vivencias:
Con Juan Marina y Beto Canale
“Mi experiencia en...
Este es Gustavo Pérez, de General Alvear, quien vivió su primera experiencia en el Ironman, compitiendo en Sudáfrica. Se convirtió en el único mendocino y en el primer argentino clasificado, de un grupo de 50. Conocé sus vivencias:
Con Juan Marina y Beto Canale
“Mi experiencia en Sudáfrica podría decir que fue inolvidable y ojalá que no sea irrepetible, fue mi primer Ironman, y por ser el primero, uno viaja con muchas expectativas y también muchas dudas.
Sobre mis espaldas, la tranquilidad de haber hecho las cosas muy bien, 4 meses y 3 semanas de preparación específica para esta competencia, el apoyo incondicional de mi familia, amigos y compañeros de trabajo y el viajar junto a otros 20 argentinos en el mismo vuelo, compartir sus experiencias, me dio más tranquilidad en la previa de la carrera.
Llegados a Port Elizabeth con algunos atrasos ya que perdimos un vuelo de cabotaje, e instalados en un Hostel junto a Juan Marina de Chascomús, tuvimos tiempo de nadar en el Océano Indico para aflojarnos del viaje, hacer algunos corridas tranqui y pedalear parte del circuito sinuoso, por cierto, un lugar bello con una temperatura que rondaba los 23°, poca humedad, y una brisa que aumentaba un poco después del mediodía, todo esto en una ciudad con clima de Ironman.
Ya en las horas previas a la carrera, entrada la noche (18:30 hs oscurece), el clima se descompuso, y durante toda la noche el viento no paró de soplar, lo que hizo más difícil conciliar el sueño.
La previa
En la madrugada del 22 de abril, caminando junto a parte de la numerosa delegación argentina hacia el PC , comenzó a llover, por suerte, la organización había previsto unos minibús que recorrían la costanera y me acercarían a la largada.
Todo pasó muy rápido hasta ese momento, pero con el tiempo suficiente para asegurarme de que cada cosa estaba en su lugar, y hacer una buena entrada en calor. El viento soplaba fuerte, la lluvia paró, y el mar parecía calmo (visto desde la orilla)…hasta la primera boya. Saludos y abrazos con mis coterráneos, deseos de éxitos, una mirada fugaz hacia atrás en el tiempo, repasando todo lo que hice para estar allí… Es difícil describir lo que se siente en el momento del estampido del cañón (señal de largada), perdido entre casi 2000 atletas, las interminables horas de natación en la pileta climatizada y aun los simulacros en los diferentes ojos de agua al aire libre se desvanecían ante una especie de lucha por hacerse camino entre un real cardumen humano… hay que estar ahí para saberlo.
Bueno, lo que pasó en la carrera, muchos de los que hacen Ironman se habrán enterado, el mar nos trató bastante mal, el agua estaría en unos 16°/ 17°, muy movido, mucha gente abandonó o no entraron dentro de las 2:20 hs que marca el reglamento. La etapa de ciclismo fue realmente dura, un circuito con un falso plano de unos 11 kms. y sinuoso, aquí el viento no cesó, al contrario, a medida que transcurrían los kilómetros, lo hacía con más intensidad, mi primer vuelta de 60 kms fue en 1 h.47¨( dentro de lo previsto), las siguientes en 2 hs. y 2hs 10¨respectivamente, rodar en el plano con la corona grande (53x19) parecía una utopía. Así pasaron los 180 kms. de ciclismo, con la incertidumbre de lo que me esperaba en el maratón. Afortunadamente fue en ésta etapa donde menos se sintió a Eolo, las características del circuito costero, el reparo de los edificios, y solo un desnivel de unos 2 kms. con una pendiente llevadera, hacia la Universidad Nelson Mandela, resultó ideal para mí, un circuito rápido. Sin embargo, el frío se hizo presente de nuevo y promediando las 17:30 hs comenzó a llover (la frutillita del postre). Cruzar la línea de meta, con el aliento de la gente (el publico fue disminuyendo con el paso de las horas debido al frío), con un tiempo final de 11 hs. 06 mts. 44”, ser el primer argentino de los 50 que estuvimos presente (Argentina fue la delegación extranjera más numerosa que participo), 6° en mi categoría, 88 en la general, es muy reconfortante. Sin dudas, volvería a repetirlo. El sueño de ser IRONMAN se cumplió. Agradecimiento enorme a mi esposa e hijas, mis padres, hermanos y demás integrantes de la familia, amigos, compañeros de trabajo, Asoc. Sur mendocino de Triatlón, a mi amigo Cristian Malgioglio por sus consejos y experiencia, integrantes del Team Olímpico Corre y Bike, y a todos aquellos que se alegraron por ver mi proyecto concretado.
Para terminar, un texto de Paula Newby Fraser:
..el Ironman es un duro desafío que debe tomarse con respeto y para el cual uno debe prepararse, pero no es una ciencia imposible y no es necesario aislarse de los amigos, la familia y los compañeros de trabajo para cruzar la línea de llegada...si deberás tener muy claro, si quieres ser competitivo o conformarte con terminarlo…
Con Clemente Alonso, el ganador